Voy a enlazar, para encuadrar mi visión del fenómeno.
FF. es uno de los seres más adelantados de ésta tierra. A diferencia de los grandes conglomerados económicos de éste país -recuerdo el día en que una persona dudó de mi nacionalidad- éste erudito de las tecnologías tiene muchas razones para haber despotricado como lo hizo últimamente.
El PPD lo conforman seres que pueden ser catalogados como híbridos: una amalgama de elementos que pueden hacer funcional un objeto, en éste caso al Partido Por la Democracia. No obstante, ese mosaico tiene una debilidad que se ha hecho patente y ha recorrido todo el país como una triste realidad nuestra: En la Tierra de las Traiciones no hay que dar paso en falso.
Hoy, estamos todos haciendo una elocuente crítica a G.G. por su descaro ante esa manoseada acción que la gran mayoría no está para practicarla; no obstante, estamos ejerciéndola una y otra vez, para todos lados. Sin lugar a dudas, que a muchos se les ha dicho, explícita y tácitamente, que se dejen de hacer “huevadas” dado que sus actos están muy reñidos con lo probo y pecan de inicuos.
Pero está observancia va un poco más allá y especula como cualquiera otra de las que están, íntimamente, condicionadas por los hechos de facto –los cuales pueden ser manipulados al libre albedrío-:
Chile tiene que moverse hacia otro estadio y debe representar en sus órganos estatales, por lo menos, un orden en cuanto a sus acciones externas e internas. La estructura de gobierno, corrupta o no, tiene que demostrar que es eficiente, hace la pega y cubre bien sus deslices. Como cual Corporación privada que, en aras del desarrollo de sus integrantes, avanza por sobre todo el resto no importándole el devenir de la mayoría.
No es posible criticar a las máquinas dentro de la Tierra de las Traiciones, ya que mucha traición también es parte de todos nosotros.
Fijate.
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