viernes, noviembre 24, 2006

Comentando La muerte del Padre

Don Próspero, Leonardo y Guillermo.

Observen ustedes como está el circo:

Un señor Véliz nos vino a imponer, en pocas palabras, (“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto.”) que ya no podemos seguir de la misma forma. Nosotros estamos acá, en un estado virtual, dejando testimonio de nuestras aprehensiones a lo que sucede con la sociedad nacional, representado por los que hoy tienen la tutela del E° y sus detentadores.

Dado el hecho que, a aparte de tener nombres, tenemos un n° de identificación y es con ese dígito que el Estado nos reconoce como hijos yo, 11.847.566-6, emerjo de entre las nebulosas de la ignorancia y reclamo mi derecho de poder proteger a mi Padre Institucional, dado que las incidencias que se están configurando, hoy, no hacen más que preconizar un descalabro venidero.

Podría ser la cosa así, como la terminé en el párrafo precedente; no obstante, todos sabemos que estamos a merced de los que tienen capturado el titular y éstos se adueñan de la situación, configurando las mentes del acervo. Sin embargo, igualmente me siento feliz dado que es hoy posible hacernos ver en ésta e-pilastra; tutelados por el próximo rector de la UDP y acogidos por el garante de las comunicaciones nacionales.

EE. UU. está en quiebra y es bien sabido como se le puede poner fin a una situación como esa. Siendo el vórtice de la economía mundial, puede darse el lujo de cubrir sus pasos y nosotros seguirlos, ya que nuestro pecado capital es la concupiscencia: Envidia a todo dar.

Para muestra un botón:

En ésta nación observamos las caras de la in-formación,

llenas de coherencia y reflexión.

Se presentan impertérritos ante la corrupción

e indolentes al ver su gremio en paupérrima condición.

Ese es nuestro cuarto poder, lleno de ambición

y con escasas posibilidades de emancipación,

ya que el consumo es su padre por predilección.

Fijate.

la-poesia.blogspot.com

No hay comentarios.:

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.